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Si te preguntas cuándo debes dar o servir a otra persona, yo creo que hay que hacerlo espontáneamente, tal vez en un momento de emoción compartida. O en cualquier momento en que sientas que alguien necesita tu apoyo. No importa si lo haces todo el tiempo, de vez en cuando o cuando surja la oportunidad, simplemente hazlo. Extienda la mano y dé de sí mismo y de su tiempo. He visto, una y otra vez, que la felicidad y el disfrute surgen de prestar servicio de formas sencillas.