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Es una delgada línea entre el papel y el odio,
Amigos y serpientes, nueve milis y treinta y ocho,
Infierno o las puertas del cielo... Estaba destinado a venir,
Predicho, culpa a Dios, Él sopló aliento en mis pulmones.
Es una delgada línea entre el papel y el odio,
Amigos y serpientes, nueve milis y treinta y ocho,
Infierno o las puertas del cielo... Estaba destinado a venir,
Predicho, culpa a Dios, Él sopló aliento en mis pulmones.