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Pero, conforme a Su sabiduría, era justo que después el Profeta fuera enviado de vuelta de la visión de la Unidad pura y que regresara . . hacia la visión separativa. Pues, Él creó al hombre y a los genios sólo para que Le adoraran y Le conocieran - y, si permanecieran en el grado de la Unidad pura, no habría nadie que Le adorara. En esta visión separativa, se perciben de nuevo el Adorado y el adorador, el Señor y el siervo, el Creador y la criatura.