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  • Cuando cabalgas la ola, la emoción es tan estimulante que te olvidas de todo lo demás. Vives en un momento en el que nada más importa, tan concentrado en cabalgar la ola a la perfección que tú y la ola os convertís en uno. El dolor y la preocupación desaparecen, sustituidos por la euforia, parecida a la fluidez. Del mismo modo, cuando se transmite empatía, hay que esforzarse por lograr este tipo de presencia total para la persona a la que se escucha.