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La mayoría de las veces, es lo que eres más que lo que dices lo que llevará a un incrédulo a Cristo.
Esta es, pues, la última apología. Porque la última disculpa es: tu vida.
La mayoría de las veces, es lo que eres más que lo que dices lo que llevará a un incrédulo a Cristo.
Esta es, pues, la última apología. Porque la última disculpa es: tu vida.