-
Haber encontrado a Dios y seguir persiguiéndole es la paradoja del amor del alma, desdeñada ciertamente por el religioso demasiado fácilmente satisfecho, pero justificada en feliz experiencia por los hijos del corazón ardiente.
Haber encontrado a Dios y seguir persiguiéndole es la paradoja del amor del alma, desdeñada ciertamente por el religioso demasiado fácilmente satisfecho, pero justificada en feliz experiencia por los hijos del corazón ardiente.