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  • El hecho es que no estamos produciendo santos. Estamos haciendo conversos a un tipo de cristianismo decadente, que se parece muy poco al del Nuevo Testamento. El llamado cristiano bíblico promedio de nuestros tiempos no es más que una muestra superficial de la verdadera santidad. Sin embargo, ponemos millones de dólares detrás de "movimientos" para perpetuar esta forma inferior de religión y atacar al hombre que se atreve a desafiar la sabiduría de la misma.