Tener esperanza en los malos tiempos se basa en el hecho de que la historia de la humanidad no es sólo de crueldad, sino también de compasión, sacrificio, valor, bondad. Si sólo vemos lo peor, se destruye nuestra capacidad de hacer algo. Si recordamos las épocas y los lugares en los que la gente se ha comportado magníficamente, eso nos da energía para actuar. Y si actuamos, por pequeño que sea, no tenemos que esperar a un gran futuro utópico. El futuro es una sucesión infinita de presentes, y vivir ahora como creemos que deben vivir los seres humanos, desafiando todo lo malo que nos rodea, es en sí mismo una victoria maravillosa.