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  • Pronto encontré la oportunidad de que me presentaran a un famoso profesor, Johann Bernoulli. ... Es cierto que estaba muy ocupado y por eso se negó en redondo a darme clases particulares; pero me dio consejos mucho más valiosos para que empezara a leer por mi cuenta libros de matemáticas más difíciles y los estudiara con toda la diligencia que pudiera; si me encontraba con algún obstáculo o dificultad, me daba permiso para visitarle libremente todos los domingos por la tarde y él amablemente me explicaba todo lo que no podía entender.