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Y no teníamos teléfonos móviles. Si quedabas con alguien en medio de una tormenta de nieve y no aparecía, tenías que asumir que había sido devorado por los lobos y seguir con tu vida.
Y no teníamos teléfonos móviles. Si quedabas con alguien en medio de una tormenta de nieve y no aparecía, tenías que asumir que había sido devorado por los lobos y seguir con tu vida.