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Una vez que somos veganos, lo somos siempre, porque nuestra motivación no es personal y orientada hacia uno mismo, sino que se basa en la preocupación por los demás y en nuestra innegable interconexión con otros seres vivos.
Una vez que somos veganos, lo somos siempre, porque nuestra motivación no es personal y orientada hacia uno mismo, sino que se basa en la preocupación por los demás y en nuestra innegable interconexión con otros seres vivos.