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  • Nos guste o no -y a menudo no nos gusta-, el poder es un fenómeno omnipresente. Desde las decisiones a medianoche en el Despacho Oval que ponen en peligro la vida de jóvenes estadounidenses hasta las disputas en la mesa de la cocina, el poder forma parte de toda ecuación humana. Sí, se puede abusar de él, y a menudo se abusa, tanto en los negocios como en cualquier otro ámbito. Pero también puede utilizarse para hacer un gran bien a un gran número de personas. Y como herramienta de desarrollo profesional, la acumulación lenta y constante (y sutil) de poder es el camino más seguro hacia el éxito.

    Tom Peters (2010). “The Pursuit of Wow!: Every Person's Guide to Topsy-Turvy Times”, p.43, Vintage