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  • Era casi mediodía cuando el avión aterrizó en el aeropuerto de Triad, a las afueras de Greensboro. Había un coche de alquiler esperándome; agité mi bloc de notas en el salpicadero para transmitir mi perfil y esperé a que los asientos y los mandos se reacomodaran ligeramente, con el zumbido de los actuadores piezoeléctricos. Cuando empecé a salir marcha atrás del aparcamiento, el equipo de música empezó a improvisar una melodía relajante, con un título inexpresivo: Música para salir de los aeropuertos, 11 de junio de 2008.