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  • Considero que es de gran prudencia que los hombres se abstengan de amenazas y palabras insultantes hacia cualquiera, porque ni lo uno ni lo otro disminuyen en modo alguno la fuerza del enemigo; pero lo uno le hace más cauteloso, y lo otro aumenta su odio hacia ti, y le hace más perseverante en sus esfuerzos por dañarte...