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He firmado con gran satisfacción las Enmiendas a la Seguridad Social de 1961. Representan un paso más hacia la eliminación de muchas de las penurias derivadas de la vejez, la invalidez o la muerte del asalariado familiar. La fuerza de una nación reside en el bienestar de su población. El programa de la Seguridad Social desempeña un papel importante a la hora de atender a las familias, los niños y las personas mayores en tiempos de tensión, pero no puede permanecer estático. Los cambios en nuestra población, en nuestros hábitos de trabajo y en nuestro nivel de vida exigen una revisión constante.