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  • Pero, ¿sufrió la Divinidad [de Cristo]? [...] Los santos padres explicaron este punto a través del claro ejemplo antes mencionado del hierro al rojo vivo, es la analogía equiparada para la Naturaleza Divina que se unió con la naturaleza humana. Explicaron que cuando el herrero golpea el hierro al rojo vivo, en realidad el martillo está golpeando tanto el hierro como el fuego unidos a él. Sólo el hierro se dobla (sufre), mientras que el fuego permanece intacto aunque se doble con el hierro.