En el mundo visible, la Vía Láctea es un fragmento minúsculo; dentro de este fragmento, el sistema solar es una mota infinitesimal, y de esta mota nuestro planeta es un punto microscópico. En este punto, diminutos grumos de carbono y agua impuros, de estructura complicada, con propiedades físicas y químicas algo inusuales, se arrastran durante algunos años, hasta que se disuelven de nuevo en los elementos de los que están compuestos.