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Sin embargo, cuando desarmas a tus súbditos, los ofendes al mostrar que, ya sea por cobardía o por falta de fe, desconfías de ellos; y cualquiera de las dos conclusiones los inducirá a odiarte.
Sin embargo, cuando desarmas a tus súbditos, los ofendes al mostrar que, ya sea por cobardía o por falta de fe, desconfías de ellos; y cualquiera de las dos conclusiones los inducirá a odiarte.