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Este bolígrafo es mi única salida, mi única voz, porque no tengo a nadie más con quien hablar, ninguna mente más que la mía en la que ahogarme y todos los botes salvavidas están ocupados y todos los salvavidas están rotos y no sé nadar no sé nadar no sé nadar y se está haciendo tan duro. Se está poniendo tan difícil. Es como si hubiera un millón de gritos atrapados dentro de mi pecho pero tengo que contenerlos todos porque de qué sirve gritar si nunca te van a oír y nadie me oirá nunca aquí dentro. Nadie me oirá jamás.