-
Las faltas de un hombre amado u honrado a veces se cuelan secreta e imperceptiblemente en el sabio y virtuoso, pero por afición imprudente o vanidad irreflexiva son adoptadas con designio.
Las faltas de un hombre amado u honrado a veces se cuelan secreta e imperceptiblemente en el sabio y virtuoso, pero por afición imprudente o vanidad irreflexiva son adoptadas con designio.