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Dar bienes materiales es una forma de generosidad, pero se puede extender una actitud de generosidad a todos los comportamientos. Ser amable, atento y honesto en el trato con los demás, elogiar a quien lo merece, consolar y aconsejar a quien lo necesita o simplemente compartir el tiempo con alguien son formas de generosidad que no requieren ningún nivel concreto de riqueza material.