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La libertad de hacer y rehacer nuestras ciudades y a nosotros mismos es, quiero argumentar, uno de los derechos humanos más preciados y a la vez más desatendidos.
La libertad de hacer y rehacer nuestras ciudades y a nosotros mismos es, quiero argumentar, uno de los derechos humanos más preciados y a la vez más desatendidos.