-
Cada vez que caminamos por una playa, un antiguo impulso nos perturba y nos vemos despojándonos de zapatos y prendas de vestir o rebuscando entre algas y maderos blanqueados como refugiados nostálgicos de una larga guerra.
Cada vez que caminamos por una playa, un antiguo impulso nos perturba y nos vemos despojándonos de zapatos y prendas de vestir o rebuscando entre algas y maderos blanqueados como refugiados nostálgicos de una larga guerra.