-
Sobre la aceptación de la adversidad en nuestras vidas: Siempre se inicia por un acto de voluntad por nuestra parte; nos proponemos creer en la bondad, la providencia y la soberanía imperantes de Dios y nos negamos a apartarnos, venga lo que venga, nos sintamos como nos sintamos. Yo pensaba erróneamente que no podía confiar en Dios si no tenía ganas de confiar en Él. Ahora estoy aprendiendo que confiar en Dios es ante todo una cuestión de voluntad. Elijo confiar en Dios, y mis sentimientos acaban siguiéndome.