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  • No cabe duda de que muchos proyectos nacionales costosos pueden aumentar nuestro prestigio o servir a la ciencia. Pero ninguno de ellos debe tener prioridad sobre las necesidades humanas. Mientras el Congreso no revise sus prioridades, nuestra crisis no es sólo material, es una crisis del espíritu.

    The New York Times, p. 69, April 25, 1971.