Autores:
  • Tanto si tu objetivo es preservar y reforzar los lazos familiares en un mundo de relaciones cada vez más inestables, como acceder a un trabajo decente, crecer y evolucionar como persona o guiar a una empresa a través de los procelosos mares de un mercado global ferozmente competitivo -tanto si tus metas son materiales, emocionales o espirituales-, el precio del éxito es el mismo: pensar, aprender. Dormirse al volante, confiar sólo en lo conocido, lo familiar y lo automatizado, es invitar al desastre.

    Nathaniel Branden (1998). “Nathaniel Brandens Self-Esteem Every Day: Reflections on Self-Esteem and Spirituality”, p.383, Simon and Schuster