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Hay una grasa que los diabéticos pueden comer sin miedo. Esa grasa es el aceite de coco. No sólo no contribuye a la diabetes, sino que ayuda a regular el azúcar en sangre, disminuyendo así los efectos de la enfermedad
Hay una grasa que los diabéticos pueden comer sin miedo. Esa grasa es el aceite de coco. No sólo no contribuye a la diabetes, sino que ayuda a regular el azúcar en sangre, disminuyendo así los efectos de la enfermedad