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Siempre pienso que tengo dos deberes que cumplir con un invitado de despedida: uno, procurar que no olvide nada que sea suyo; el otro, procurar que no se lleve nada que sea mío.
Siempre pienso que tengo dos deberes que cumplir con un invitado de despedida: uno, procurar que no olvide nada que sea suyo; el otro, procurar que no se lleve nada que sea mío.