-
El escuálido faro, todo blanco, que acechaba la costa como si fuera el fantasma de un edificio que antaño había tenido color y rotundidad, goteaba melancólicas lágrimas tras su reciente embate contra las olas.
El escuálido faro, todo blanco, que acechaba la costa como si fuera el fantasma de un edificio que antaño había tenido color y rotundidad, goteaba melancólicas lágrimas tras su reciente embate contra las olas.