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[Es fácil considerar la mente y el cuerpo como dos esclavos entrenados para obedecer al alma imperial.... [En esta trinidad de alma, mente y cuerpo, a veces es difícil decir cuál de los tres está trabajando; y la personalidad de cada una de las tres partes interfiere mucho con la de cada una de las otras. Pero si tú que lees recuerdas que eres un hijo infinito de Dios, y que puedes participar de su naturaleza, y que se te ha dado el manejo y la dirección de tu mente y de tu cuerpo, te ahorrarás muchos fracasos.