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Si tenemos en cuenta esta pregunta al planificar nuestros días, veremos que en realidad tenemos innumerables oportunidades de aumentar nuestra fuerza vital. Estar cerca de las personas y los lugares que amamos y hacer cosas que nos producen una profunda satisfacción, tomarnos tiempo para digerir los acontecimientos de nuestra vida, estar menos ocupados, decir la verdad, reír mucho, comer bien, hacer ejercicio con regularidad, mantener largas conversaciones con nuestros seres queridos... Éstas son algunas de las mejores maneras de alimentar nuestra vitalidad. Nuestra fuerza vital prospera cuando estamos completamente comprometidos con el momento presente.