Hoy la raza humana es una sola ramita en el árbol de la vida, una sola especie en un solo planeta. Por tanto, nuestra condición sólo puede describirse como extremadamente frágil, amenazada por fuerzas de la naturaleza que actualmente escapan a nuestro control, nuestros propios errores y otras ramas del propio árbol en salvaje florecimiento. Visto así, podemos plantear la cuestión del futuro de la humanidad en la Tierra, en el sistema solar y en la galaxia desde el punto de vista tanto de la biología evolutiva como de la naturaleza humana. La conclusión es sencilla: Nuestra elección es crecer, ramificarnos, extendernos y desarrollarnos, o estancarnos y morir.