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Un mundo lleno de tentaciones necesita sacerdotes totalmente entregados a su misión. Por eso, se les pide de manera muy especial que se abran plenamente al servicio de los demás, como hizo Cristo, abrazando el don del celibato.
Un mundo lleno de tentaciones necesita sacerdotes totalmente entregados a su misión. Por eso, se les pide de manera muy especial que se abran plenamente al servicio de los demás, como hizo Cristo, abrazando el don del celibato.