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Podría imaginarme a Dios diciéndonos a muchos de nosotros: "Oye, yo soy Dios y tú no. No eres el director general del universo". Y el mayor alivio para el estrés es tomar a Dios en serio, pero no tomarte a ti mismo en serio.
Podría imaginarme a Dios diciéndonos a muchos de nosotros: "Oye, yo soy Dios y tú no. No eres el director general del universo". Y el mayor alivio para el estrés es tomar a Dios en serio, pero no tomarte a ti mismo en serio.