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Un calabozo horrible, rodeado por todas partes, como un gran horno, llameante; pero de esas llamas no salía luz, sino más bien oscuridad visible que sólo servía para descubrir vistas de infortunio, regiones de tristeza, sombras lúgubres, donde la paz y el descanso nunca pueden morar, la esperanza nunca llega que llega a todos; sino tortura sin fin.