-
Nuestros cuerpos son montones de basura: acumulamos experiencias, y de la descomposición de las cáscaras de huevo, hojas de espinaca, granos de café y viejos huesos de filete que desechamos de nuestras mentes salen nitrógeno, calor y una tierra muy fértil. De esta tierra fértil florecen nuestros poemas e historias. Pero esto no ocurre de repente. Se necesita tiempo. Continúa dando vueltas y vueltas a los detalles orgánicos de tu vida hasta que algunos de ellos caigan a través de la basura de los pensamientos discursivos a la tierra sólida del suelo negro.