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  • Todas las pruebas ponen de relieve el trato implícito que se ofrece a los ciudadanos: no plantees ningún desafío y no tendrás de qué preocuparte. Métase en sus asuntos y apoye o al menos tolere lo que hacemos, y no le pasará nada. Dicho de otro modo, debes abstenerte de provocar a la autoridad que ejerce los poderes de vigilancia si quieres que se te considere libre de infracciones. Se trata de un trato que invita a la pasividad, la obediencia y la conformidad. Lo más seguro, la forma de garantizar que "te dejen en paz", es permanecer callado, no amenazar y cumplir.