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Cada una de nuestras células es una entidad viva, y lo principal que influye en ellas es nuestra sangre. Si abro los ojos por la mañana y tengo delante a mi bella pareja, mi percepción provoca una liberación de oxitocina, dopamina, hormonas del crecimiento, todo lo cual favorece el crecimiento y la salud de mis células. Pero si veo un tigre dientes de sable, voy a liberar hormonas del estrés que cambian las células a un modo de protección. La gente tiene que darse cuenta de que sus pensamientos son más primarios que sus genes, porque el entorno, que está influido por nuestros pensamientos, controla los genes.