El equipo al que perteneces debe estar por delante del equipo que diriges: esto es anteponer los resultados del equipo (por ejemplo, las necesidades de la organización) a las agendas individuales (por ejemplo, el equipo o la división que diriges, tu ego, tu necesidad de reconocimiento, el desarrollo de tu carrera, etc.) La confidencialidad se respeta más hacia abajo que hacia arriba. La alineación organizativa es un resultado directo de esta jerarquía (si fuera al revés, la alineación organizativa sería muy difícil de conseguir).