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Siempre quise hacer películas, desde que era un chiquillo, y tenía 32 años y el tiempo avanzaba. Conocí a un tipo que me dijo: "Ven a Hollywood 10 días y te conseguiré un contrato". Así que pensé: "Vale, 10 días". Al décimo día, me consiguió un contrato de desarrollo con Disney, no por mucho dinero, pero me permitió dar el paso.