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  • Puede que lo más importante que aportemos a otra persona sea el silencio que hay en nosotros, no el tipo de silencio lleno de críticas tácitas o de retraimiento duro. El silencio que es un lugar de refugio, de descanso, de aceptación de alguien tal y como es. Todos estamos hambrientos de ese otro silencio. Es difícil encontrarlo. En su presencia podemos recordar algo más allá del momento, una fuerza sobre la que construir una vida. El silencio es un lugar de gran poder y sanación.