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Cuando tu miedo toca el dolor de alguien, se convierte en lástima;
cuando tu amor toca el dolor de alguien, se convierte en
compasión. Entrenarse en la compasión, entonces, es saber
que todos los seres son iguales y sufren de forma similar,
honrar a todos los que sufren y saber que no estás
no estás separado de nadie ni eres superior a nadie.