Autores:
  • Olvídate de la iluminación. Siéntate donde estés y escucha el viento que canta en tus venas. Siente el amor, el anhelo y el miedo en tus huesos. Abre tu corazón a quien eres, ahora mismo, no a quien te gustaría ser. No el santo en el que te esfuerzas por convertirte. Sino el ser que tienes ante ti, dentro de ti, a tu alrededor. Todo tú eres santo. Ya eres más y menos de lo que puedas conocer. Exhala, mira dentro, déjate llevar.