Estoy convencido de que el amor incondicional es el estimulante más potente conocido del sistema inmunitario. Si dijera a los pacientes que aumentaran sus niveles sanguíneos de inmunoglobulinas o células T asesinas, nadie sabría cómo. Pero si puedo enseñarles a amarse a sí mismos y a los demás plenamente, los mismos cambios se producen automáticamente. La verdad es que el amor cura.