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Todos somos sanadores unos de otros. Fíjate en el fascinante estudio de David Spiegel, que reunió a personas en un grupo de apoyo y comprobó que algunas de las personas que formaban parte de él vivían el doble que otras que no estaban en un grupo de apoyo. Le pregunté a David qué pasaba en esos grupos y me dijo que la gente simplemente se preocupaba por los demás. Nada importante, nada psicológico profundo: la gente se preocupaba por los demás. La realidad es que la curación se produce entre personas.