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Lo triste es que lo único que intentamos es no sentir ese malestar subyacente. Lo más triste es que procedemos de tal manera que el malestar sólo empeora. El mensaje aquí es que la única manera de aliviar nuestro dolor es experimentarlo plenamente. Aprende a quedarte. Aprende a quedarte con el malestar, aprende a quedarte con la tensión, aprende a quedarte con el picor y el impulso de shenpa, para que la reacción en cadena habitual no siga gobernando nuestras vidas, y los patrones que consideramos inútiles no sigan fortaleciéndose a medida que pasan los días, los meses y los años.