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La felicidad que buscamos no se consigue aferrándonos a las cosas. No podemos encontrarla poniéndonos serios y tensos por querer que las cosas vayan en la dirección que creemos que nos traerá la felicidad. Siempre estamos agarrando el extremo equivocado del palo. La cuestión es que la felicidad que buscamos ya está aquí y la encontraremos relajándonos y dejándonos llevar, no luchando.