Nuestra infraestructura de puentes, carreteras y puertos ha recibido una calificación de nivel D por parte de muchos colegios de ingenieros civiles. El gobierno debería destinar parte del presupuesto de Defensa a contratar empresas que arreglen nuestras infraestructuras. En cuanto a los trabajadores que no se dedican a la construcción, hay que reciclarlos en los sectores en expansión, donde se necesitarán más trabajadores cualificados.