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  • La meditación nos acepta tal como somos, tanto en nuestras rabietas como en nuestros malos hábitos, en nuestro amor y nuestros compromisos y nuestra felicidad. Nos permite tener una identidad más flexible porque aprendemos a aceptarnos a nosotros mismos y a toda nuestra experiencia humana con más ternura y apertura. Aprendemos a aceptar el momento presente con el corazón abierto. Cada momento es increíblemente único y fresco, y cuando nos dejamos caer en el momento, como nos permite hacer la meditación, aprendemos a saborear de verdad esta vida tierna y misteriosa que compartimos juntos.