Charles Dickens Citas sobre el mal

• Espero que el amor verdadero y la verdad sean al final más fuertes que cualquier mal o desgracia del mundo.

  Charles Dickens

  Amor, Espiritual, Verdad

  Charles Dickens (2001). "David Copperfield", p.254, Broadview Press

• Confieso que aún no he aprendido que del mal más vil no puede extraerse una lección del bien más puro.

  Charles Dickens

  Mal, Lecciones, Mayo

  Charles Dickens (1842). "Oliver Twist", p.3

• Veo una hermosa ciudad y un pueblo brillante surgiendo de este abismo, y, en sus luchas por ser verdaderamente libres, en sus triunfos y derrotas, a través de largos años por venir, veo el mal de este tiempo y del tiempo anterior del cual éste es el nacimiento natural, haciendo gradualmente expiación por sí mismo y desgastándose.

  Charles Dickens

  Hermoso, Lucha, Años

  Charles Dickens (2010). "Historia de dos ciudades y Grandes esperanzas (Oprah's Book Club): Dos novelas", p.305, Penguin

• Y esta es la ley eterna. Porque el Mal a menudo se detiene en sí mismo y muere con el que lo hace, pero el Bien, nunca.

  Charles Dickens

  Ley, Mal, Hacedores

  Charles Dickens (2016). "Our Mutual Friend", p.101, Xist Publishing.

• Todo hombre, por oscuro que sea, por muy alejado que esté del reconocimiento general, forma parte de un grupo de hombres impresionables por el bien e impresionables por el mal, y está en la naturaleza de las cosas que no puede realmente mejorarse a sí mismo sin mejorar en cierta medida a los demás hombres.

  Charles Dickens

  Hombres, Maldad, Grupos

  Charles Dickens (2009). "Discursos: Literarios y Sociales: Easyread Large Bold Edition", p.236, ReadHowYouWant.com

• Pero la luna salió lentamente en toda su suave gloria, y las estrellas se asomaron, y a través del pequeño compás de la ventana enrejada, como a través de la estrecha grieta de una buena acción en una turbia vida de culpa, el rostro del Cielo brilló brillante y misericordioso. Levantó la cabeza, miró hacia arriba, al cielo tranquilo, que parecía sonreír a la tierra con tristeza, como si la noche, más reflexiva que el día, mirase con pena los sufrimientos y las malas acciones de los hombres; y sintió que su paz se hundía profundamente en su corazón.

  Charles Dickens

  Naturaleza, Estrellas, Corazón

  Charles Dickens (1868). "Barnaby Rudge, And, Hard Times: With Ten Illustrations", p.346

• Así está el caso, y bajo toda la pasión de las partes y los gritos de batalla se esconden las dos principales causas móviles de la lucha. La Unión significa la pérdida de muchos millones al año para el Sur; la secesión significa la pérdida de los mismos millones para el Norte. El amor al dinero es la raíz de este como de muchos otros males... la disputa entre el Norte y el Sur es, tal como está, únicamente una disputa fiscal.

  Charles Dickens

  Mentira, Partido, Lucha

  Charles Dickens (1862). "Todo el año: A Weekly Journal", p.330

• Este buen joven tenía toda la inclinación para ser un derrochador de la primera agua, y sólo le faltaba el único buen rasgo en el catálogo común de los vicios libertinos -la franqueza- para ser un vagabundo notable. Pero allí se interpusieron sus hábitos de penuria y de aflicción; y como un veneno a veces neutraliza a otro, cuando los remedios saludables no sirven, así él fue refrenado por una mala pasión de beber toda su medida de maldad, cuando la virtud podría haber tratado de contenerlo en vano.

  Charles Dickens

  Pasión, Hombres, Maldad

  Charles Dickens (2017). "Cuentos infantiles de Dickens - Los grandes clásicos y los cuentos maravillosos para niños (Edición ilustrada): Oliver Twist, David Copperfield, Grandes esperanzas, Cuento de Navidad, Romance de vacaciones, La vieja tienda de curiosidades, Nicholas Nickleby, Martin Chuzzlewit, Cuentos de Navidad, El sueño de un niño con estrella...", p.1935, e-artnow.

• Una gran mancha en la mente popular de América y el padre prolífico de una innumerable cría de males, es la Desconfianza Universal... no bien se levanta un ídolo firmemente, se está seguro de derribarlo y hacerlo pedazos: y esto porque directamente se recompensa a un benefactor, o a un servidor público, se desconfía de él, meramente porque es recompensado... . Cualquier hombre que alcance un alto puesto entre vosotros, desde el Presidente hacia abajo, puede fechar su caída desde ese momento.

  Charles Dickens

  Hombres, Ídolos, América

• Se sabe, a la fuerza de una sola libra de peso, lo que hará el motor; pero, ni todos los calculadores de la Deuda Nacional pueden decirme la capacidad para el bien o el mal, para el amor o el odio, para el patriotismo o el descontento, para la descomposición de la virtud en vicio, o al revés.

  Charles Dickens

  Maldad, Odio, Vicios

  Charles Dickens (2001). "Tiempos difíciles", p.52, Courier Corporation

• De tal maldad nunca surgió nada bueno, un final más feliz no estaba en la naturaleza para un comienzo tan infeliz.

  Charles Dickens

  Mal, Infeliz, Termina

  Charles Dickens (2005). "A Tale of Two Cities - Literary Touchstone Edition", p.308, Prestwick House Inc.

• Pero el propio sol, por muy benéfico que fuera en general, era menos amable con Coketown que la dura escarcha, y rara vez miraba atentamente a alguna de sus regiones más cercanas sin engendrar más muerte que vida. Así, el ojo del Cielo se convierte en un ojo maligno cuando manos incapaces o sórdidas se interponen entre él y lo que mira para bendecir.

  Charles Dickens

  Ojo, Manos, Mal

  Charles Dickens (2014). "Tiempos difíciles", p.120, Trajectory Inc.

• El aforismo "Todo lo que es, es correcto" sería tan definitivo como perezoso, si no incluyera la molesta consecuencia de que nada de lo que alguna vez fue, fue incorrecto.

  Charles Dickens

  Mal, Perezoso, Seria

  Charles Dickens Michael D. Aeschliman (2012). "Historia de dos ciudades: Una historia de la Revolución Francesa", p.71, Ignatius Press.

• Hay un joven escondido conmigo, en comparación con el cual joven soy un Ángel. Ese joven escucha las palabras que digo. Ese joven tiene una manera secreta pecooliar a sí mismo, de llegar a un muchacho, y a su corazón, y a su hígado.

  Charles Dickens

  Corazón, Ángel, Chicos

  Charles Dickens (1881). "Grandes esperanzas", p.24

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